Si estás buscando un lugar frente al Mediterráneo que combine historia, tradición, gastronomía, shopping y relax, entonces tu destino es la ciudad menorquina de Mahón y su área de influencia.
Mahón con más de 28.000 habitantes es un lugar ideal no sólo para visitar en cualquier período del año sino también para residir. A pesar de ser una ciudad pequeña, su enclave estratégico y su condición de capital insular que ha sabido combinar la tradición isleña con la modernidad, la ha convertido en una ciudad cosmopolita, con lo que pasear por sus animadas calles y plazas la convierte en un centro comercial abierto.
La importancia de su puerto radica en su extensión de más de cinco kilómetros lo que supone uno de los puertos naturales más grandes del mundo. Éste es hoy en día punto de atraque de grandes cruceros que visitan el Mediterráneo.
La ciudad estuvo durante setenta años bajo el influjo británico, cabe recordar que la ciudad fue capturada por los ingleses en 1708 durante la Guerra de Sucesión Española, como consecuencia Mahón sufrió un importante impulso económico convirtiéndose en la capital de la isla en detrimento de Ciudadela.
Fruto de este rico pasado, el casco antiguo de la ciudad es un museo al aire libre, con edificios históricos de diferentes estilos arquitectónicos y casas señoriales de estilo inglés en torno a la calle de Isabel II
¿Qué ver en los alrededores?.
Una visita imprescindible es la Fortaleza de Isabel II, llamada así por ser mandada construir por esta monarca española entre los años 1848 y 1875 ante las amenazas por parte de los británicos de invadir de nuevo Menorca para convertir a la isla en una base defensiva contra el ejército francés.
Tampoco podéis dejar de visitar Es Castell, un bonito pueblo repleto de edificios de estilo inglés, fruto de la dominación británica durante el siglo XVIII.
El entramado de su centro histórico se caracteriza por su forma cuadricular de calles rectas con una plaza de armas central rodeada por los antiguos cuarteles ingleses, el Ayuntamiento con su fachada roja y el Museo Militar además de otros edificios con ventanas de guillotina.
Binibeca, es otra de las joyas de la isla, un poblado creado en 1972, para recrear las tradicionales casas de pescadores entre estrechas callejuelas. Su limpieza y su tranquilidad, así como la calidad de su playa, la convirtieron en nuestra ciudad base para explorar la isla.
¿Qué llevarse de recuerdo?.
Un regalo original para ti y para tus pies, son las abarcas, calzado típico menorquín, fabricadas artesanalmente. Puedes encargarlas unas horas antes en tu color favorito y recogerlas en la tienda-taller. Tampoco puede faltar en tu lista de compras una botella de ginebra de la destilería de Gin Xoriguer o el típico queso artesano mahonés comprado en el Mercado de Sa Plaça.
Si necesitas más información sobre este interesante destino no dudes en consultar nuestro blog.