Sin lugar a dudas Tikal es uno de los sitios más impresionantes que he visitado. Es Patrimonio Mundial de la Humanidad y Reserva de la Biosfera. En Tikal se pueden recorrer senderos por la jungla, donde se escuchan y ven a todos sus habitantes… o a los que se dejan ver de camino a los claros donde están los famosos rascacielos mayas.
Llegué a la entrada del parque preparada para la aventura… en la mochila una botella grande de agua, barritas energéticas y el repelente de mosquitos.

Mono araña y aullador en Tikal
Inicié el camino según las indicaciones por el sendero que llevaba a los templos, y al poco los árboles y la vegetación no me permitían ver mucho más que la amplia senda por la que caminaba. Se oían de manera más intensa los sonidos, el canto solapado de todos los animales, y sin quererlo me invadieron un montón de sentimientos contradictorios, fui consciente de lo privilegiada que era al estar allí, el poder hacer uno de mis sueños realidad, y me felicité a mí misma por conseguirlo.
Estaba algo ensimismada en mis emociones cuando escuché un ruidito, y al mirar hacia arriba me invadió la risa al sentirme observada por curiosos monos y algunos pájaros desde las copas de los árboles, por tierra se cruzó más de un coatí. Seguí avanzando y llegué a lo que parecía un claro en el que se entreveía uno de los grandes templos, se me escapó una palabra que precisamente… no fue cáspitas.

Tikal
Por muchas fotos que se vean o por mucho que te cuenten de la Gran Plaza, cuando ves los altísimos Templo I y Templo II, uno frente a otro con sus más de mil años de antigüedad, te quedas con la boca abierta. Y no puede evitar el preguntarme ¿Cómo los hicieron?
Después de recuperarte de la conmoción, me di cuenta de que se puede subir también al Tempo II. Y más chula que un ocho, para allá me fui…. Llegué empapada en sudor a la cima, eso sí, más feliz que una codorniz por haber conseguido mi reto.
He de confesar que cuando vi los estrechos peldaños que suben los casi 70 metros que mide el Templo IV, que sobresale por encima de los enormes árboles, me lo pensé, por decirlo finamente… pero subí y también me atreví con el Templo V. Aquel fue el último al que ascendí, después regresé anocheciendo. ¡Tengo las fotos que demuestran que no es un farol, que subí a los dos Templos más altos!

En el Templo IV donde se ven los Templos I,II,II
Sin dudarlo recomiendo la visita a Tikal. A la aventura de poder escalar algunas de sus pirámides, se suma el poder observar a los pizotes jugueteando, zorros, pavos reales, loros y un largo etcétera que cuando menos te lo esperas se cruzan en el camino, todo hace que la visita sea inolvidable.
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Artículo escrito por La Bitacora