Cuando nos vamos de vacaciones, la felicidad y excitación se apodera de nosotros, liberamos grandes dosis de serotonina y eso nos hace lanzarnos a compras impulsivas como snacks dulces y salados, y nuestra extraña predilección por los minis: mini desodorante, mini gel, mini pasta de dientes y cepillos, mini laca para el pelo, y una larga lista que todos tenemos hasta en el cajón más olvidado del baño.
Por otro lado, se encuentran los plásticos que generamos por no preverlos en la preparación de nuestro equipaje: botellas de plástico, tuppers y packs de cubiertos que luego son abandonados en el alojamiento porque no nos caben en la maleta, bolsas de plástico, pajitas para nuestros mojitos, …
Todo ello, tendrá una vida útil de aproximadamente una semana en el mejor de los casos, y ya que únicamente el 9% del plástico se recicla, todo lo que hayas consumido en tus vacaciones perdurará cientos de años, a excepción de que algún animal ingiera esos microplásticos.
Así que, para darle unas buenas vacaciones a nuestro planeta, ¡qué también se las merece! Te proponemos estas alternativas:
- Bolsas de tela
El complemento ideal para esas compras inesperadas. Pueden llevarse en la mochila sin ocupar apenas, y si encima es bonita te encantará rechazar la bolsa de plástico para poder lucirla.
En el mundo utilizamos ¡160.000 bolsas de plástico por segundo! Bolsas con las que no empatizamos y que por tanto a los 15 minutos desecharemos sin pena alguna, o en el peor de los casos para ellas acabaran entre otros cientos de bolsas de plástico en un cajón de la cocina.
- Botella de acero inoxidable.
Cada segundo se compran 20.000 botellas de plástico en el mundo. ¿Se puede eliminar tan rápido como se compran esas botellas? Tristemente no, tardan unos 450 años aproximadamente en descomponerse. Por lo que un gesto tan sencillo como llevar tu botella genera un gran impacto en el mundo.
Además ¡en los aviones te dejan llevarla vacía! Así que ya no es necesario buscar botella de agua en cientos de idiomas diferentes.
Tip: nosotros utilizamos la app @closca que te indica fuentes públicas en cualquier parte del mundo.
- Comer sin plástico.
¡nos encantan los planes improvisados! Antes de salir a la calle, incluso cuando damos una pequeña vuelta, nos llevamos una pequeña bolsa con un par de cubiertos, unas pajitas y unos vasos de silicona. No pesan nada y quién sabe si al final del día acabaremos haciendo un picnic en la orilla del mar o en lo alto de una montaña.
- Cosmética sólida.
¿Conoces esa sensación de no tener que sacar el neceser de plástico de la maleta para pasar el control? Realmente es un alivio llevar todo en formato sólido ¡no hay limitación de medias y no hay que pasar vergüenza porque no te dejan llevar tu gel favorito!
- Mascarilla de tela con filtros
Un elemento necesario actualmente en nuestros viajes, y que dada la necesidad de protección se ha convertido en un objeto más de consumo desechable. Cada vez hay más marcas que apuestas por mascarillas que pueden reutilizarse, elaboradas con algodón orgánico y que además nos protegen a nosotros y al planeta. Siempre que se consuman estas mascarillas y filtros, como en todas, adecuarse a la forma de uso expuesta en las instrucciones.
- Bonitos recuerdos, bonito planeta.
Finalmente, recuerda dejar el lugar mejor de lo que dejaste. Al principio puede dar algo de reparo, pero nosotros hemos tomado la tradición de recoger un par de plásticos del suelo del lugar al que vamos (siempre utilizando guantes o papel y nunca cogiéndolo directamente). No solo te sientes mejor, sino que igual otras personas te ven y puede que para alguna te conviertas en una inspiración.
Esperamos que os haya sido útil y si queréis más información no dudéis en escribirnos.
Artículo escrito por DimeXDonde