El pasado 5 de diciembre, algunos de nuestros socios pudieron asistir a un blogtrip en la localidad valenciana de Sagunto. Conocieron su pasado romano, los productos gastronómicos tanto de su etapa romana como la más actual y creativa. Se empaparon de su historia y visitaron la parte más industrial, ahora en desuso. Pero mejor que os lo cuenten ellos…
Cata de panes romanos (Los viajes de Héctor)
Después de las presentaciones en la misma Oficina de Turismo de Sagunto, en plena Plaza Mayor, y visitar esta plaza, los asistentes a este blogtrip de la CVTB, junto con nuestro guía, avanzamos hasta un espacio abierto en los alrededores de el Forn de la Melica, panadería artesana, y La Llar dels Deus, una tienda especializada en reproducciones arqueológicas, recreación histórica, arqueogastronomía, didáctica histórica y productos sobre Sagunto.
Allí, frente a uno de los más de 30 grafittis dibujado en alguna de las ediciones del festival de arte urbano de Sagunto Mésquemurs, degustamos tanto dos variedades de pan romano de la panadería Forn de la Melica, el pan romano de aceitunas y aceite de romero, y el pan romano de pasas y nueces, realizados de manera artesana siguiendo antiguas recetas romanas, como tres vinos de la Llar dels Deus, el Paladio, vino blanco romano con toques cítricos que hacen que tenga un sabor afrutado; el Mesalina, con un toque de canela; y el Mulsum, más dulzón. Los tres vinos son reconstrucciones de vinos romanos y usan la miel como conservantes, pero éste último además la tiene como condimento. Además esta tienda también obsequió a los asistentes de la degustación del Columela Caseus Libum, un excelente queso de cabra romano de tres meses de curación.
Lógicamente fue una cata exitosa porque los asistentes arrasamos con todo, nada raro cuando te ponen productos de alta calidad, más a las 10:45 de la mañana.
Castillo de Sagunto (Nos vamos de Rutica)
Uno de los puntos más interesantes de la localidad de Sagunto, es sin duda, su castillo. Situado en la parte alta de la ciudad, dispone de unas vistas 360º de los campos colindantes, el mar y las montañas Montalt y Garbi. Estamos ante un castillo de un kilometro de longitud, así que prepara unas buenas zapatillas para recorrer cada uno de sus rincones. Si vas en verano, recomendamos que lleves una buena gorra porque no hay muchos sitios para cobijarse del sol.
Si hablamos de su historia, nos debemos remontar al siglo XI cuando comenzó su construcción, pero una vez en el recinto se puede observar edificaciones de diferentes épocas y estilos. Estamos ante una construcción declarada Monumento Nacional en 1931.
CENTRO DE INTERPRETACION- CASA DELS BERENGUER (Ana B Món)
Entrada libre y gratuita
El actual centro de interpretación, fue la casa de los señores de Berenguer. Se encuentra ubicado en un antiguo palacio de estilo gótico y renacentista, totalmente restaurado. Allí encontrareis, exposiciones y sala de audiovisuales relacionadas con la historia de la ciudad de Sagunto.
Desde su interior, también podréis ver los restos del Templo de Diana y un Mikvé, que es un baño ritual judío. Allí mismo, también tenéis una pequeña oficina de turismo.
Un aperitivo de fantasía en la Taverna de la Serp. (Modo Traveller)
Después de un recorrido por la historia y las diferentes culturas que pasaron por Sagunto, llegó el momento de disfrutar de su gastronomía. Para ir abriendo boca, probamos el auténtico aperitivo que tomaría un hobbit. Sí, habéis leído bien. Y es que en la Taverna de la Serp ofrecen jornadas gastronómicas temáticas, entre ellas, las jornadas de Tolkien. Esto es, el cocinero se fija en los platos que se describen en las novelas del autor, extrayendo su receta y, así, recrearla para los clientes. ¡Una auténtica experiencia gastronómica de fantasía!
Teatro Romano (Ana B Món)
Entrada libre y gratuita.
Construido sobre la ladera del castillo, fue declarado Monumento Nacional en 1.896. Restos arqueológicos encontrados indicaron que fue construido en una primera fase en el siglo I d.C y en una segunda fase durante el siglo III d.C.
En la Edad Media, tuvo uso militar mientras que en la actualidad es sede de festivales.
También se sabe, que las piedras de sus ruinas han servido para la construcción de las casas del pueblo.
Su imagen actual viene condicionada por una serie de polémicas rehabilitaciones, siendo la última a principios de los años 90.
Una cocina de estrella en Sagunto. Comemos en Arrels Restaurante (Modo Traveller)
En Sagunto también hay espacio para una buena mesa, con una cocina delicada y sabrosa. Bajo el nombre de la chef Vicky Sevilla, nos presentaron una propuesta de 11 platos en total, compuesto por 3 aperitivos, 6 platos salados y 2 platos dulces.
Un baile de sabores con sello local con las técnicas de cocina más avanzadas y creativas, que sitúan el restaurante Arrels en el punto de mira de reconocidos premios sobre gastronomía.
LA GERENCIA (Ana B Món)
Situado en el Puerto de Sagunto.
Aunque actualmente es una ciudad fantasma, cuyas casas se encuentran cubiertas de vegetación y en estado de abandono, a principios del siglo XX fue una ciudad factoría.
Factory town, que así la llamaban, fue construida para alojar a los ingenieros vascos de la siderurgia del puerto, es por ello, que allí vivieron los ingenieros de los Altos Hornos.
Además, se buscaba una zona independiente al resto de la ciudad.
Fue a partir de 1.975, cuando, una gran crisis, truncó el crecimiento del sector siderúrgico y posterior abandono de esta ciudad factoría.
Una aldea, un puerto milenario y un marjal encajonados por un paisaje industrial (Mis viajes favoritos)
A tan solo 6 km de distancia de Sagunto en dirección este y al sur de Puerto de Sagunto, se encuentra una pequeña población casi olvidada. Una pequeña aldea de pescadores detenida en el tiempo desde los años cincuenta. Último gran ejemplo de Grau dentro de la Comunitat Valenciana. Este lugar no deja de ser un pequeño milagro que durante décadas ha sobrevivido, como si de una lejana isla perdida se tratase, a la euforia urbanística del litoral mediterráneo.
No se puede imaginar, que un lugar tan idílico situado en primera linea de playa, y al que podemos llegar con nuestro coche incluso hasta la misma orilla del mar, no esté plagado de enormes edificios o de gente por todos lados.
Parece extraño, pero este extraordinario hecho se debe a que durante años la escoria (residuo industrial) de los altos hornos del mediterráneo, alejó de este pequeño reducto el desarrollo urbanístico y turístico.
Al llegar nos recibe una costa negra, que contrasta de manera especial con el blanco de las encaladas casas de la aldea, este color negro es debido a un material oscuro, de aspecto volcánico, que se denomina escoria. Este material no es ni más ni menos que un residuo exógeno que se produce al extraer el hierro de un mineral. Y es que la playa y algunas de estas zonas fueron utilizadas durante décadas como basurero de la industria siderúrgica ubicada en la zona, hasta el cierre de esta en la década de los ochenta del siglo pasado.
Aunque, no hay mal que por bien no venga, este hecho también ayudó a frenar la intrusión marina, y a día de hoy, la franja costera luce, casi en el mismo lugar desde hace siglos.
Sin embargo, no todo va a ser negativo, aunque las casas (unas treinta) se encuentran habitadas, aún visitar este bello y olvidado lugar hace que te transportes atrás en el tiempo, poder disfrutar caminando y admirando la aldea exactamente como lo hicieron sus antiguos moradores desde luego no tiene precio. Aquí los edificios más altos que vas encontrarte son los de los monumentos o los de uso público, como el Fortín, la escuela o la iglesia, que esconden una gran historia.
El Grau Vell, siglos de historia en cada ola.
Fue aún hasta principios del siglo pasado, cuando el Grau Vell desempeñó su fin como puerto, durante siglos fue el principal puerto de Morvedre, de la ciudad de Sagunto y de toda la comarca. Desde este puerto se alimentaban, del mejor vino de la zona, la mayoría de las bodegas europeas, no en vano, de esa época viene que la variedad de uva Monastrell, reciba en diferentes partes del mundo (Francia, Estados Unidos) el nombre de Mourvedre.
Todo está actividad portuaria se llevaba a cabo frente al bello edificio «fortín del Grau de Morvedre» un complejo defensivo (hoy ya restaurado) donde destaca la torre, que se construyó para dotar de seguridad a la zona.
Además, en el Grau Vell se encuentra también un yacimiento arqueológico terrestre y subacuático es la zona en la que se ubicaba el puerto clásico de Saguntum, que cuenta con actividad comercial desde el siglo V a.C. incluso, según algunos estudios la fechan en el siglo VI a C.
En esta zona se dan las condiciones de navegación idóneas que permiten que este lugar fuese elegido como parada de avituallamiento para las rutas de comercio marítimas previas al dominio mediterráneo romano.
La Marjal dels Moros
Dejando atrás la pequeña aldea por un angosto y viejo camino, se llega a la Marjal dels Moros, a un paso de la gran ciudad de Valencia, un bonito humedal con un gran endemismo vegetal valenciano de costa, destaca como una zona húmeda de la C. Valenciana, dentro de la Red Natura 2000, con catalogación como ZEPA, LIC, ZEC principalmente por su riqueza ornitológica. Además, cuenta con cuatro micro reservas de fauna y otras dos de flora.
Para poder visitarlo, dispone de una pasarela de madera sobre el agua, un bello recorrido interior, que en algunos puntos cuenta además con varios miradores, con vistas panorámicas inmejorables que fusionan el mar y humedal en una bonita estampa.
Es una zona de gran importancia para las aves acuáticas, por lo que su conservación es de suma importancia. Así que por supuesto es recomendable seguir el itinerario que los profesionales han trazado para evitar molestias a la fauna y flora.
Si te das un paseo cerca de la playa de la Marjal, podrás observar que hay una gran cantidad de gravas y cantos rodados que forman el cordón litoral todo ello proviene del río Palancia.