Uno de los mejores viajes de verano, en familia, en busca de playa, al extranjero y económicos que se pueden hacer desde España es, sin ninguna duda, el Sur de Portugal, más conocido como el Algarve.
Podréis llegar en coche desde cualquier punto de España, haciendo alguna noche más en ciudades cercanas como Sevilla o Cáceres, por ejemplo, y así aprovechar para conocer un poco más nuestro fabuloso país, o en vuelo low cost hasta Faro. Eso sí, es recomendable el coche para moveros por la zona, por lo que si optáis por esta segunda opción os recomiendo alquilar uno.
Allí encontraréis interesantes pueblos, playas bellísimas, decenas de faros, o elegir entre un sinfín de actividades que paso a enumerar, empezando por los pueblos:
–Castro Marim, un pueblo pesquero de casas blancas donde podréis visitar alguno de sus dos grandes castillos ubicados en las dos colinas, sus salinas o su Iglesia Matriz.
–Tavira, en pleno Parque Natural da Ría Formosa, desde donde también interesa acercarse a la pequeña aldea sobre la loma de arena frente al Río Formosa, Cacela Velha, con un puñado de casas blancas y azules típicamente del Algarve.
–Loulé, segunda ciudad más poblada del Algarve, donde no os podéis perder la Ermita de Nuestra Señora de la Piedad (Madre Soberana); el monasterio o convento del Espirito Santo (ss. XVII y XVIII), con su tranquilo y sombreado claustro; las antiguas murallas, con sus torres medievales; la iglesia parroquial gótica de São Clemente, de mitad del s. XIII, en plena Plaza Mayor de Loulé; las palmeras del Jardim dos Amuados; el Mercado Municipal, un vasto edificio de estilo árabe o su Ayuntamiento.
–Alte, típico pueblo del interior del Algarve, de casas blancas y calles tranquilas, situado en lo alto de una colina, próximo al Río Alte, que llena de frescura y manantiales la zona.
–Silves, también de interior, donde se halla el castillo mejor conservado y el mayor del Algarve, intacto desde la época islámica. Pero no es lo único que destaca aquí, ya que las calles de su antigua medina están repletas de casas burguesas del siglo XIX, escondidas entre sus murallas, protegidas por sus 11 torres y una doble puerta de entrada. También merece la pena bajar por sus calles estrechas en busca de la Seo Catedral, de los siglos XIII y XV.
–Lagos es una de las localidades más visitadas del Algarve. Posee un casco antiguo interesante, un laberinto de calles empedradas protegido por las antiguas murallas, defendidas en la Puerta de San Gonçalo por dos torres. La Igreja de Santo António, el Forte Ponta da Bandeira o de Nossa Senhora da Penha de França, el paseo marítimo Avenida dos Descubrentos, la Iglesia de San Sebastián, la Iglesia deSanta María o de la Misericordia, o el antiguo Mercado de Esclavos, en Praça da República son algunos de sus enclaves más señalados.
–Alvor, una pintoresca villa pesquera de casas blancas rodeada de coloridos barcos, con un atractivo y animado casco antiguo de estrechas callejuelas repletas de bares y restaurantes.
–Albufeira, reconvertida en lugar de veraneo, donde abundan las largas playas de arena, y que posee una agitada vida nocturna, de hecho es el epicentro de la marcha del Algarve. Su bonito centro histórico de calles empinadas y estrechas, repletas de casas blancas donde se amontonan las tiendas de souvenirs, restaurantes y empresas de excursiones, también esconde rincones de gran belleza y algún que otro punto turístico como el Museu Arqueológico, con restos neolíticos, y romanos; la Ermita de Sao Sebastiao; la Igreja de Santana, cuyo patio ofrece buenas vistas; la Iglesia de Santa Ana; la Torre do Relógio o Torre del Reloj, enclavada en la antigua cárcel comarcal; la Iglesia da Misericórdia; o la Torre Sineira, que constituye parte de la Igreja Matriz.
–Ferragudo, es el típico pueblo donde todavía no ha llegado el turismo masivo, por lo que es lo más parecido al auténtico Algarve de hace dos o tres décadas que os podréis encontrar. Estrechas calles empedradas y coronada por una iglesia desde cuya terraza tendréis unas vistas de escándalo son parte de su atractivo.
–Aljezur, el pueblo más grande de la costa Oeste, merece una parada si os acercais a esta zona. Como otros pueblos del Algarbe, posee calles empinadas que suben hasta el castillo de época árabe y casas de fachadas blancas. Aquí hay muchas escuelas de Surf.
– Alcantarilha, una aldea que recomiendo para ver la Capela dos Ossos de Alcantarilha o la Capilla de los Huesos, con más de 1.000 calaveras decorando.
–Sagres, tiene su principal atractivo turístico en la Fortaleza de Sagres desde donde obtendréis magníficas vistas de las playas cercanas. Como curiosidad os diré que Sarges es la localidad más al suroeste de Europa.
En lo que a entretenimiento se refiere podéis elegir entre varios parques acuáticos; varias escuelas de surf, una actividad que realizamos el verano de 2018 en Asturias y que nos gustó una barbaridad; karts o buggies; paseos en barco hasta su magnífico Ponta da Piedade, donde deberíais ir si o si tanto en barco o barca, como a pie para disfrutarlo desde todas sus perspectivas; y un largo etcétera, muchas de ellas ideales si vais a viajar con niños.
Pero si por algo es famoso este pedazo de costa es por sus magníficas playas, principal razón por la que miles de turistas llegan a esta zona cada verano. Playas para todos los gustos, muchas de ellas con Bandera Azul, repartidas en alrededor de 200 kilómetros de costa, arenales, acantilados, playas rocosas, etc.
Yo voy a enumerar sólo una pequeña parte de las mismas, aquellas que, por una razón u otra aconsejo:
-La playa de los «Tres Hermanos», «Três Irmãos» en portugués, se encuentra en el extremo oriental de la extensa playa de Alvor. Se trata de una de las mejores playas de la zona, y una de las TOP del Algarve, por lo que recomiendo madrugar para poder disfrutar de ella sin tener que aparcar a más de un kilómetro. Su nombre es debido a que en realidad se trata de tres pequeñas calas separadas por rocas a través de las cuales hay un camino que las comunica.
-Nombraré la Praia da Rocha, no por su belleza sino por sus grandes dimensiones (más de 1 km de arena blanca), su ambiente nocturno y sus fantásticas infraestructuras, además de por los elevados miradores existentes en los extremos de la playa, que divide este de la Praia Três Castelos, similar a da Rocha pero algo más bella.
-Otra de las realmente imprescindibles sería la Praia do Carvalho, una playa cerrada y escondida por un acantilado, de hecho se accede a ella por un pasadizo que lo atraviesa. De aguas transparentes y tonos verdes divididas por una gran roca que le da ese toque precioso a la playa, que parece sacada de otro mundo, una playa con grutas y cuevas, tranquila y poco frecuentada, ideal en todos los sentidos.
-Esta también considero que es de las mejores playas del Algarve, pero no la pondría dentro del TOP 3, me refiero a la playa del pequeño pueblo pescador de Carvoeiro, la Playa de Carvoeiro o Algar Seco. Si viajáis en familia, los niños se divertirán en las rocas del acantilado explorando las plataformas rocosas, columnas, arcos, cámaras, diminutos cañones, grietas, piscinas naturales y cantidad de formaciones rocosas. Una playa cuidada de agua limpia con todas las comodidades como restaurantes y bares, duchas, alquiler de hamacas, deportes acuáticos, barcas para dar paseos y vigilancia.
-La Playa Benagil, otra imprescindible, se ubica en el fondo de un valle muy profundo, entre imponentes acantilados de tonos ocres y es el lugar ideal para contratar un paseo en barca de pesca artesanal por las grutas marinas y a las playas aisladas de la región viendo las cuevas y los arcos naturales moldeados por la erosión del viento o del mar, ya que a algunos de esos lugares sólo se tiene acceso desde el mar. Aconsejo encarecidamente hacer este «crucero», de hecho lo pondría entre las cinco cosas que hacer en el Algarve.
-Otra de las más bonitas, la Playa de Nuestra Señora de Rocha o Praia Nossa Senhora da Rocha, es un conjunto de calas escondidas en bonitos acantilados, pequeña y acogedora, ideal para la práctica del
snorkel.
-La Playa de Beliche es ideal para combinarla con la visita al Cabo de San Vicente (os hablo de esto un poco más abajo) y se trata de una «playa perfecta» tanto para pasar el día, como para practicar surf. Las vistas de la playa desde el acantilado nos dejan ver una de las playas más bonitas de la zona. Estaréis de nuevo en una playa llena de cuevas y formas rocosas, de arena dorada y aguas transparentes con tonos azules y verdes, cómoda, tranquila, limpia, y con un mini chiringuito para disfrutar de la puesta de sol mientras te sirven una cerveza bien fría, comer algo o simplemente relajaros.
-La Playa Martinhal es un enorme arenal al este de la población de Sagres repleta de pequeños islotes de naturaleza calcárea frente a su orilla que le dan una gran belleza a la playa y que están recorridos por grutas y cuevas.
–Monte Clérigo, una amplia playa de arena blanca y grandes olas perfecta para la práctica del surf. En el Sur de la misma se eleva una plataforma rocosa donde, con baja mar, los niños podrán buscar cangrejos, estrellas de mar e incluso pulpos, una buena forma de disfrutar de la fauna marina, o, porqué no, tomar el baño en las piscinas rocosas formadas.
-La Playa de Arrifana es otra de las playas más perfectas del Algarve, de transparente agua, grandes acantilados de pizarra, olas para surfear, un extenso arenal en forma de concha y un restaurante para poder comer con unas vistas espléndidas.
-Otras playas bonitas, sin llegar al nivel de las mencionadas anteriormente serían la Playa de Tonel, Playa de Telheiro (algo difícil de encontrar, por lo que siempre está «vacía»), Playa Marinha, Playa de Castelejo, etc.
Otra de las actividades imprescindibles del Algarve nos lleva hasta Pera, más concretamente a Fiesa o Festival Internacional de Esculturas de Arena, una mega exposición de figuras y esculturas de arena que cada año desde 2003 congrega aquí a escultores de gran talento de todo el mundo para, con un único tema que cambia en cada edición, mostrarnos todo su arte a lo largo de más de 15.000 m2.
Entre los muchos faros existentes, faro de punta de Altar, faro de Ponta da Piedade, etc. Destaca el Faro de San Vicente, el punto más al suroeste del continente europeo, una postal idílica para ver un precioso atardecer.
Tenéis que saber que en este lugar hace frío, incluso en pleno Agosto, pues la diferencia entre este punto y unos kilómetros más al Este es de más de 10ºC y la sensación térmica es peor, debido a la humedad y al fuerte viento proveniente del mar. Debéis llevar manga larga y abrigo, no exagero. Lugar sagrado desde el neolítico, el Cabo de San Vicente es un lugar de paso obligatorio de los barcos en dirección al Mediterráneo y escenario de importantes batallas navales. Conocido por los portugueses como “Fim do Mundo”, el faro que allí se eleva y cuya luz puede ser vista 100 km. mar adentro, está protegido por impresionantes acantilados de 70 metros de altura, golpeados casi siempre por una fuerte brisa, convirtiendo al cabo en un lugar mágico que despierta la imaginación del visitante.
Como veréis dispone de atractivos suficientes para un viaje perfecto, con las tres B: bueno, bonito y barato.